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1.200 millones las personas que dependen estrechamente de la naturaleza…
Hoy traemos un artículo recién salido del horno que muestra la gran dependencia de la naturaleza que tienen las personas que habitan en zonas tropicales para cubrir necesidades básicas como alimentación, agua potable, materiales de construcción o energía.
El estudio, publicado en la revista Global Environmental Change, estima que más de 1.200 millones de personas que habitan en zonas tropicales (el 30% del total que habitan en ellas) obtienen recursos básicos de la naturaleza de forma diaria y son altamente sensibles a la degradación ambiental y el cambio global.
Somos seres dependientes de la naturaleza – aunque la tecnología y las energías fósiles nos hagan creer lo contrario…
Es domingo. Ayer salimos de fiesta y nos hemos levantado algo cansados. Abrimos el grifo y obtenemos un reparador vaso de agua. Volvemos momentáneamente a la vida. Preparamos un café (a base de granos cultivados y traídos desde miles de kilómetros de distancia a nuestra casa), un zumo (con suerte, con naranjas regionales o nacionales) y unas tostadas (con trigo recogido por tractores, molido en factorías y transformado en pan en hornos eléctricos) nos acercan de nuevo a ser persona. Tras engullir tan sabroso desayuno, quizás no seamos conscientes de la cantidad de personas y energía que han sido necesarias para satisfacer nuestra voracidad postmandanguera.
En ausencia de tecnología y energía fósil, la historia hubiese sido bien distinta (como ya os contamos en EM) – y quizás nos hubiera preocupado más que el río que pasa por nuestra ciudad esté contaminado o que las antaño fértiles vegas que permitían alimentos de cercanía ahora estén cubiertas por cemento. El 40% de la población mundial (3.000 millones de personas) depende de la biomasa vegetal para calentarse y cocinar (OMS). Según UNICEF, más de 800 millones de personas no disponen de un grifo del que salga agua. En muchos hogares tampoco hay frigoríficos llenos de comida o supermercados en cada esquina. Para estas personas, la naturaleza y los servicios que proporcionan los ecosistemas cubren de forma directa e insustituible estas necesidades vitales. Sin embargo, hasta el momento sabíamos poco acerca del número de personas y los países donde la relación entre la naturaleza y el ser humano es más estrecha y dependiente. Debido a distintas características socio-económicas, las zonas tropicales disponen de muchos recursos naturales al tiempo que albergan sociedades con un desarrollo tecnológico menor al que disfrutamos en otras zonas.
Mapeando la dependencia de la naturaleza en las zonas tropicales
Por este motivo, los autores del trabajo liderado por Giacomo Felede se propusieron cuantificar el número de personas que tienen una estrecha dependencia de la naturaleza en zonas tropicales. Además, los autores también han elaborado un mapa global que muestra las zonas donde la población tiene mayor dependencia de la naturaleza.
Para realizar este trabajo, los autores han recogido datos de 5 millones de entrevistas a unidades familiares situadas en 1.111 regiones pertenecientes a 85 países de zonas tropicales. A partir de estos datos, han determinado si la naturaleza del entorno más inmediato resulta importante a la hora de cubrir al menos tres de cuatro necesidades básicas, incluyendo alimento, agua potable, materiales de construcción para casas o energía.
El principal resultado del estudio cuantifica en 1.200 millones las personas que dependen estrechamente de la naturaleza más inmediata -es decir, cubren al menos tres de las 4 necesidades básicas mencionadas anteriormente- para sobrevivir en zonas tropicales, lo que supone un 30% de la población que habita en las mismas. Esta cifra asciende a 2.700 millones de personas si consideramos la población que cubre al menos una necesidad básica directamente de la naturaleza más cercana.
De manera general, los autores del trabajo encuentran que existe una mayor dependencia de la naturaleza en países con un bajo índice de desarrollo humano – construido a partir de indicadores de esperanza de vida, educación y renta per cápita. La mayor parte de personas que muestran una alta dependencia de la naturaleza viven en África Central y Oriental. Por ejemplo, en países como Burundi, Chad, Ruanda o la República Democrática del Congo, más del 75% de su población depende de la naturaleza que le rodea para su subsistencia. Además, el 40% de los habitantes del Sudeste Asiático y el 25% de personas que viven en Centroamérica muestran también una alta dependencia de la naturaleza cercana.
La población dependiente de la naturaleza es altamente sensible a los cambios ambientales
Este estudio supone un gran avance en la identificación de áreas donde la población es altamente vulnerable a la degradación ambiental, debido a su elevada dependencia de la naturaleza inmediata. La ausencia de tecnología y recursos materiales hace que estas áreas sean enormemente vulnerables al cambio climático, sobre todo en lo relativo al aumento en la frecuencia e intensidad de sequías o eventos extremos, lo que debe ser considerado en las políticas internacionales y nacionales de mitigación y adaptación a la crisis climática.
Los autores destacan, además, la urgencia de promover políticas que garanticen el acceso a los recursos naturales de aquellas personas que no tengan alternativa económica, al tiempo que se garantice la conservación de la biodiversidad. Así, las estrategias para proteger, restaurar o gestionar los ecosistemas deben considerar cuidadosamente objetivos de desarrollo humano junto a los valores ambientales a preservar en pro de la justicia social y una gestión ambiental efectiva de estas áreas.
Referencia
Fedele G., Donatti C.I., Bornacelly I. & Hole D.G. (2021). Nature-dependent people: Mapping human direct use of nature for basic needs across the tropics. Global Environmental Change, 102368. https://doi.org/https://doi.org/10.1016/j.gloenvcha.2021.102368
Entrada escrita por Tano Gutiérrez, Daniel Bruno y Félix Picazo
Foto de portada: Paisaje rural en Kibu del Norte por Yohann Bouvier / MONUSCO. CC BY-SA 2.0